Hace muchos años un dragón feroz aterrorizaba la villa de Montblanc. Devoró a los animales hasta tal punto que amenazaba la vida de los habitantes de Montblanc. Para evitar el ataque de la bestia se decidió entregarle cada día un vecino. La suerte quiso que la persona escogida fuera la hija del rey. Cuando la princesa casi era engullida por el dragón apareció el caballero Sant Jordi y la salvó hiriendo de muerte al dragón. En el lugar donde el dragón derramó su sangre nació un rosal de rosas rojas.
Desde entonces se mantiene la tradición catalana en la que los hombres regalan una rosa a su amada. Es uno de mis días preferidos
Y hasta Montblanc me he ido a hacer este post.
Hace unos días compré una tela de punto para hacer una camiseta de entretiempo, todavía no la he cosido, pero si que la he cortado. Aparqué la camiseta (me llevaria más tiempo) y con la tela que me quedó improvisé una falda.
Nada especial, un rectángulo (lo que dio la tela), puño con goma en la cintura y unos cuantos pliegues. Lo único que tuve que forrarla porque clareaba.
A ver que os parece
Aproveché mi visita a Montblanc para estrenarla y que el olvidado me hiciera algunas fotos... bueno, algunas quedaron bien os las enseño ;)
Instrucciones claras: Céntrate en la falda. Casi! jajaja
Un pueblo super bonito, pero además si es la fiesta medieval, todavía más. Si no habéis ido este fin de semana todavía sigue. animaros!
Y de regreso una paradita en las viñas, ahora sí! ya tengo material para un post
Telas: Kilo Loco
Patrón improvisado
Fotos: Montblanc